La Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos rechaza categóricamente las acusaciones falsas y engañosas publicadas recientemente sobre el funcionamiento interno, la gestión de los recursos humanos y financieros y la agenda política de la Organización. Las acusaciones no se basan en hechos precisos y ofrecen una realidad completamente fuera de contexto y tergiversada. Lamentablemente, en la actualidad es necesario contrarrestar las tergiversaciones y las noticias falsas. Al mismo tiempo, este documento pretende ofrecer una visión útil del funcionamiento interno de la OEA.
Como organización internacional, la OEA cuenta con diversos órganos, procesos e instituciones para abordar las acusaciones graves de presuntas prácticas de corrupción y/o situaciones de abuso de poder. En particular, esas funciones son desempeñadas por el Ombudsman, el Inspector General y, por supuesto, los órganos políticos y/o mediante procedimientos como la política de denuncia de irregularidades.
Los viajes a reuniones y países son un requisito muy normal para el personal de una organización multilateral como la OEA. Los gastos asociados se presupuestan y administran de conformidad con las normas establecidas en materia de adquisiciones y de las Naciones Unidas. Como parte de su función política, el Secretario General Ramdin ha asistido a la Asamblea General de la OEA en Antigua y Barbuda, a la Conferencia UNOC3 en Niza (Francia), a la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo en Sevilla (España), a la reunión de Jefes de Gobierno de la CARICOM en Jamaica y a la reunión ministerial de seguridad pública (MISPA) en República Dominicana. Hoy ha pronunciado un discurso en la celebración del 50º aniversario del Curso sobre Derecho Internacional del Comité Jurídico Interamericano en Río de Janeiro, Brasil. En esa ocasión, el Secretario General mantuvo fructíferas conversaciones sobre asuntos hemisféricos de actualidad con el Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira.
Todas estas actividades forman parte de los esfuerzos y la necesidad de aumentar la visibilidad de la OEA.
La Santa Sede, aunque es un observador valioso de la OEA, no ha recibido ninguna visita. Además, un supuesto traslado en limusina por valor de 25.000 dólares estadounidenses no es, en modo alguno, una partida aprobada o existente en el presupuesto, la cual restringe todos los gastos. Las opiniones expresadas en el sentido de que el Secretario General habría optado por hoteles caros durante la reciente Asamblea General celebrada en Antigua y Barbuda también son totalmente falsas. El país anfitrión determinó el lugar donde se alojaron los jefes de delegación. No fue una elección.
Se está discutiendo la compra de un nuevo sistema de comunicación y los departamentos responsables correspondientes han preparado una propuesta. De conformidad con el reglamento, la propuesta debe presentarse a los Estados miembros para su aprobación y financiación. Suponer que esto no es una prioridad es, una vez más, una tergiversación de la verdad.
La renovación de las distintas oficinas del edificio principal de la OEA, prevista desde hace mucho tiempo, lleva muchos años de retraso. Se consideró oportuno aprovechar el cambio de administración para llevar a cabo el mantenimiento necesario y, al mismo tiempo, optimizar los espacios de oficina en la histórica sede de la OEA. Mientras se realizan esos trabajos, parte del espacio de oficinas existente en el octavo piso del edificio de la Secretaría General, con ajustes mínimos para tal fin, se está utilizando efectivamente como espacio de oficinas provisional para la OSG. Sin embargo, esto no supone ningún costo adicional extraordinario para la Organización.
Este mismo espacio ya se ha utilizado con ese fin en el pasado. Las oficinas de la Secretaria General Adjunta también se están renovando y mientras tanto ocupa oficinas existentes como áreas de trabajo provisionales.
En cuanto a las prioridades (políticas) de esta Administración, cabe señalar que al inicio del mandato del Secretario General Ramdin había cuatro fechas importantes a corto plazo que se avecinaban a nivel institucional: la transición al cargo de un nuevo Secretario General y un Secretario General Adjunto y la correspondiente asignación de personal (mayo-junio), la organización de la 55.ª Asamblea General en junio, la reestructuración de la Organización a mediados de agosto y el proceso presupuestario para 2026 (agosto-septiembre), que se presentará en una Asamblea General Extraordinaria en octubre. Establecer prioridades y asignar los escasos recursos humanos disponibles es un esfuerzo y un reto constantes, pero gracias al arduo trabajo y al compromiso de un personal muy competente y dedicado, la Secretaría General ha podido cumplir todos los plazos hasta la fecha. Los miembros del personal reciben una remuneración acorde con el contenido de su trabajo, sus responsabilidades y su carga de trabajo. Las cantidades mencionadas en la comunicación son irreales.
Las medidas internas de la nueva administración descritas anteriormente se han llevado a cabo sin dejar de lado las diversas agendas políticas y los programas técnicos ordinarios. La crisis en Haití, que abarca todos y cada uno de los objetivos que la OEA se ha propuesto cumplir, ocupa un lugar destacado en la agenda, no solo porque era uno de los compromisos de campaña del Secretario General Ramdin, sino porque, como han expresado repetidamente los Estados miembros, se trata de la cuestión política, de seguridad y humanitaria más apremiante en las Américas en este momento. Por supuesto, la Secretaría General sigue muy de cerca otros temas relevantes de la agenda política y electoral de la región, pero se considera que estos son más adecuados para una diplomacia discreta, una forma que parece haberse perdido, pero que está siendo puesta en práctica por la nueva administración.
Es lamentable que, a pesar de todos los esfuerzos mencionados, todavía haya quienes traten de socavar la credibilidad, la reputación y la autoridad de la OEA, especialmente en este momento crítico para la región. La OEA y su Secretaría General operan bajo mandatos claros de sus Estados miembros y se adhieren estrictamente a las normas establecidas, los controles financieros y los procedimientos institucionales de presentación de informes. Todas las operaciones, asignaciones presupuestarias y decisiones en materia de recursos humanos están sujetas a mecanismos de supervisión y normas de transparencia.
“Todas las medidas adoptadas hasta la fecha se han basado en el pleno cumplimiento de la Carta, las normas y los procedimientos de la OEA, los precedentes y prácticas pasados y presentes, los controles y equilibrios financieros, las normas éticas y el asesoramiento del competente personal de la Organización. En cuestiones de política estratégica, el Secretario General consulta periódicamente a los Estados miembros y a los grupos regionales. Lamento profundamente que la desinformación, con motivos que desconozco y que me parecen cuestionables, pretenda manipular la opinión pública y erosionar la credibilidad de una institución dedicada a la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo del hemisferio, así como a la cooperación entre los Estados. Reafirmo que todas las decisiones relativas a los fondos y la dotación de personal de la institución se han tomado con la máxima responsabilidad y en estricta conformidad con nuestra misión, y sigo comprometido con la transparencia, la rendición de cuentas y el mandato de la OEA de promover la paz y el desarrollo integral en las Américas”, declaró el Secretario General Ramdin.
La difusión de desinformación e insinuaciones infundadas, fenómeno lamentablemente muy común en nuestras sociedades y organizaciones en la actualidad, no solo afecta la profesionalidad y la moral de las personas, sino que también causa un daño irreparable a nuestras instituciones y a nuestras sociedades en su conjunto. La Secretaría General reafirma su compromiso con la integridad institucional, la rendición de cuentas y los principios que guían la labor de la Organización. La Secretaría General seguirá cumpliendo su misión con profesionalidad, sin dejarse intimidar por ataques motivados por intereses políticos.
Referencia: C-041/25